Buscar
REGIÓN E IDIOMA
Mas Maya es el producto de un viaje personal que comenzó como una búsqueda de un material natural y duradero para sus propiedades de alquiler, Mas Tranquila.
Para los fundadores Jemma y Rick, la inspiración llegó inesperadamente durante un viaje familiar a México. Allí, en un alquiler tranquilo terminado completamente con yeso tradicional maya, encontraron un revestimiento que causó una impresión inmediata. El material poseía una suavidad visual, táctil e incluso emocional. Ofrecía un calor natural que toda la familia percibió, especialmente su hija Alma, que es autista.
Descalza, paseando de habitación en habitación, ella simplemente dijo: “Se siente acogedor.” El yeso maya tiene raíces en siglos de artesanía. Originario de la Península de Yucatán, se elaboraba combinando piedra caliza con la savia de árboles nativos para crear un yeso transpirable, resistente al agua y de notable longevidad, tanto que muchas estructuras mayas antiguas aún conservan su acabado original.
Aunque la técnica se perdió durante generaciones, fue redescubierta en los años 90 por un arquitecto local y desde entonces ha sido silenciosamente revivida. Un estudio reciente de la Universidad de Granada reveló que su microestructura imita de cerca la de las conchas y el nácar, lo que explica tanto su resistencia como su delicada y luminosa calidad.
De vuelta en Europa, Jemma y Rickard exploraron la posibilidad de importar el material, pero los costos ambientales y financieros de transportar materiales a base de agua y savia de los árboles de Yucatán resultaron insostenibles. Decepcionados por las alternativas disponibles, centraron su atención en una solución más ambiciosa: crear su propio material.
Con la ayuda de un químico mexicano con profundo conocimiento de las técnicas mayas, desarrollaron un equivalente europeo. Usando cal andaluza local y extractos de plantas, formularon una versión obtenida localmente con materiales sostenibles y abundantes. Se introdujeron innovaciones sutiles, como mayor flexibilidad y resistencia a las grietas, sin sacrificar el carácter original del material.
Mas Maya se produce ahora en Conil de la Frontera, un pueblo pesquero encalado en el sur de España donde Jemma y Rickard viven y trabajan. Su estudio, showroom y espacio de producción es un ecosistema de diseño, material e intención.
Los visitantes suelen describir una sensación visceral de calma al entrar en el espacio. Para Jemma y Rickard, es un momento de círculo completo: la misma resonancia tranquila que una vez encontraron en México, ahora expresada en su propio lenguaje material.
Mas Maya no es solo una superficie: es una atmósfera. Un retorno a la lentitud, la sustancia y la profundidad sensorial. Un recordatorio de que los espacios que construimos pueden nutrirnos, simplemente por la forma en que se sienten.